Un grave episodio de violencia y corrupción golpea a Gendarmería, luego de que se revelara que el ataque armado contra un comandante en Cauquenes, registrado en abril, habría sido facilitado por la filtración de datos personales realizada por sus propios colegas de la cárcel Santiago 1.
Según una investigación de Ciper, funcionarios entregaron a un grupo vinculado al Tren de Aragua la dirección del gendarme, información de sus familiares y teléfonos de contacto, lo que permitió que los atacantes dejaran una corona fúnebre, una carta amenazante y dispararan contra la puerta de su domicilio.
El 15 de abril, la PDI y la Fiscalía Metropolitana Occidente detuvieron en Estación Central a tres ciudadanos venezolanos, de 18, 21 y 30 años, vinculados al grupo criminal y formalizados por homicidio frustrado, porte ilegal de armas y asociación ilícita. De acuerdo con los antecedentes judiciales, internos autodenominados “Los Contra el Abuso” buscaron vengarse de las incautaciones de drogas, celulares y objetos prohibidos realizadas por el comandante, coordinando el ataque y enviando posteriores amenazas a su hermana, en las que advirtieron que matarían a otros funcionarios identificados.
El exdirector nacional de Gendarmería, Christian Alveal, advirtió que este caso evidencia el nivel de infiltración del crimen organizado en el sistema penitenciario, afirmando que “cuando se detecta corrupción en las cárceles, generalmente ya existe un control importante de espacios clave”.
Además, llamó a terminar con la “defensa corporativa” y a garantizar que los funcionarios que colaboren con bandas criminales sean no solo destituidos, sino condenados penalmente, para proteger a quienes cumplen con su labor y restablecer la confianza pública.