El clima de violencia escolar que ha afectado al país tras el retorno a clases luego de la pandemia, que llevó al Ministerio de Educación (Mineduc) a crear el programa denominado “A Convivir se Aprende”, hoy surge como uno de los principales desafíos para las comunidades escolares.
El empleo de cámaras de video de teléfonos celulares, con el que los mismos alumnos registran estos incidentes, ha contribuido a exponer esta realidad, según han reconocido representantes de centros de padres. Varias de estas grabaciones registraron en abril pasado una masiva riña en el liceo Instituto Superior Comercio Jerardo Muñoz Campos (Isca), tanto en el patio como en otros sectores del recinto. Debido a este incidente trabajadores y docentes de este establecimiento mantuvieron un paro de actividades por más de 20 días al considerar que no existían las condiciones de seguridad para desempeñarse en este recinto educacional.
Jonathan Galleguillos, delegado del Sindicato de Profesores y Profesionales de la Educación del Isca, afirma que ha mejorado el escenario desde el episodio de alta violencia de abril. “Gracias a los protocolos internos que hemos aplicado mejoró mucho el ambiente. Aunque estas son medidas internas, que hemos adoptado nosotros mismos. Por ejemplo, se habilitó la cancha que estaba cerrada para que los alumnos tengan más espacio, se habilitaron también otras áreas que estaban en muy mal estado y se dispuso de un microondas para que los estudiantes puedan calentar sus comidas”.
“El balance ha sido positivo, salvo una pelea que hubo hace un par de semanas fuera del liceo, luego del regreso de vacaciones”, añade.
Según docentes de este establecimiento, la falta de espacios en el recinto se había convertido en motivo de hacinamiento en algunos sectores, con las consiguientes fricciones entre alumnos.
Según datos preliminares de la Superintendencia de Educación, durante el primer semestre de 2023 esta entidad ha recibido 248 denuncias por diversas temáticas en la región, de las cuales el 32,25% (80) corresponde a maltrato a párvulos y/o estudiantes.
De acuerdo con estos registros al 30 de junio de este año, comparado al mismo período de 2022, el maltrato a párvulos y/o estudiantes se incrementó un 17,64% (68 vs 80 casos); el maltrato de adulto a párvulo y /o estudiante aumentó un 118,75% (16 vs 35 casos). Sin embargo, el maltrato entre párvulos y/o estudiantes bajó -13,46% (52 vs 45 casos).
“Si bien se observa un aumento en la región de 19 denuncias en la subtemática de maltrato de adulto a párvulos y/o estudiantes respecto al mismo periodo de 2022, es importante no hacer juicios apresurados y mirar las cifras en perspectiva, porque en relación con el año 2018 disminuye un 22,22% y con 2019 se ve un alza del 9,75%”, detalla un reporte desde la Subsecretaría de Educación.
Sobre las cifras de maltrato de escolar, en tanto, representantes centros de padres han advertido de un subrepresentación de casos, debido a denuncias que no se formalizan.