De acuerdo con los datos de CONAF, la llegada de visitantes al Parque Nacional Torres del Paine
durante el 2024 creció sobre 66% en relación con el año 2023, pero al comparar los datos con el
año 2019 el crecimiento sólo alcanza el 20% en los últimos 5 años.
Destacamos esta información porque es una cifra contundente, y porque en el ecosistema
turístico regional, los indicadores relacionados con la llegada de viajeros a este parque, nos dice
con seguridad que se trata de personas que llegan a nuestra región para hacer turismo y eso
significa que el turismo sigue en constante crecimiento.
Pero no sabemos qué los motiva principalmente, cuánto tiempo se quedan en la región, cuánto
gastan, de dónde provienen, o si su arribo acá es el resultado de la inversión y de las acciones de
promoción turística que se hacen a nivel regional o nacional. Algo que es muy importante saber,
porque el impacto que genera la llegada de quienes eligen nuestra región como destino, tiene un
impacto en los ámbitos social, cultural, económico y medioambiental. No se trata solo de recibir a
un turista, por ejemplo, sino de cómo se invierte en la gestión pública y la privada para estar
preparados y recibir correctamente a este viajero. Y si no tenemos la cifra de manera precisa y
oportuna, nos movemos sólo por intuición.
Digámoslo con todas sus letras. Los números dan certezas y en turismo, los necesitamos al igual
que en toda actividad productiva y de servicios, para tomar decisiones, para proyectar, para
prevenir y para medir resultados. Pero no hay bancos de datos e indicadores frescos de nuestro
ecosistema turístico magallánico. Por eso es forzosa la búsqueda de quien desea mayor
orientación ante una decisión debiendo bucear para encontrar algunas referencias.
Hay una solución para esto. Tener un observatorio turístico.
La Región de Magallanes es una región con vocación turística. Necesitamos datos locales,
indicadores actualizados, permanentes, consolidados por categorías aplicables a la realidad de la
actividad y accesibles en tiempo real, para tomar decisiones, proyectar y enriquecer el campo de
análisis estratégico, comercial, promocional y de sostenibilidad. Se trata de una herramienta de
gestión turística, y basados en las experiencias de éxito en el mundo, deben contar con el
financiamiento estatal o bien de alguna forma, compartido con el sector privado.
Los datos base están dispersos para comenzar. Imagina el registro que poseen los municipios, el
INE, SERNATUR, Aduanas, PDI y CONAF, por nombrar algunas de las instituciones públicas que
manejan números por el movimiento de personas que migran en la región. Si se cruzara esta
información contaríamos con un tesoro para dimensionar aspectos hasta ahora invisibles, para el
fortalecimiento de la actividad turística local consciente de su impacto en lo sostenible.
En Chile, hay iniciativas aplicadas a comunas que pueden darnos luces para inspirarnos en ellas,
integrarlas o tener una propia.
De hecho, la Región de Magallanes tuvo su propio hito. En febrero de 2019, la seremi de Economía
lanzó oficialmente el proyecto SITUR, que consistía en “un Sistema de Información Turística que
nos permitirá mejorar la toma de decisiones a nivel regional, y poder validar con información
robusta la importancia que tiene el turismo en Magallanes”. Tuvo hasta una Guía Metodológica
ese mismo año, que si se googlea, está en la página de la Subsecretaría de Turismo. Sin embargo,
luego de eso desapareció.
La Cámara de Turismo de Última Esperanza está dispuesta a apoyar una iniciativa que genere
información y estamos seguros de que otras voces se sumarían, si hay una propuesta concreta
para implementar, con la decisión de mantenerlo en el tiempo.