Los embarazos en niñas adolescentes, siguen generando alarma en la región de Antofagasta. Aunque las cifras nacionales, han mostrado una leve baja, los casos de embarazo infantil en menores de edad, continúan siendo una realidad silenciosa, con profundas consecuencias físicas, emocionales y sociales.
Según cifras entregadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el Censo 2024, 11.633 mujeres entre 15 y 19 años son madres, lo que representa un 2% de las mujeres en el tramo etario, registrando un descenso de la fecundidad adolescente en las últimas décadas a nivel nacional, desde 14,6% en 1992 (70.735), 15,3% en 2002 (77.291) y 8,7% en 2017 (43.571).
En este sentido, las regiones con menor porcentaje de fecundidad adolescente en 2024 son Magallanes (1,3%), Los Ríos (1,6%) y Biobío (1,7%), mientras que las regiones con mayor porcentaje de fecundidad adolescente en 2024 son Tarapacá (4,1%), Antofagasta (2,9%) y Arica y Parinacota (2,8%).
En el caso de la región de Antofagasta, el 2,9%, significa que por cada 1000 embarazos en la región, hay 28,9 niños nacidos de madres jóvenes de entre 10 y 19 años.
La subdirectora académica del Hospital Clínico de la Universidad de Antofagasta (HCUA) y directora del Departamento de Ciencias Médicas de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad de Antofagasta, matrona Karina Díaz Díaz, señaló que “más allá de las cifras, los embarazos adolescentes, exigen un abordaje integral, multisectorial y con enfoque de género”.
La profesional del HCUA, agregó que no es solo un dato clínico, estamos hablando de niñas adolescentes con realidades que muchas veces son vulnerables, por lo que es una urgencia social y ética el implementar medidas, no solo en la prevención, sino que también en el acompañamiento de la maternidad”, dijo Karina Díaz.
Educación, acompañamiento y enfoque comunitario
Si bien existen políticas públicas que abordan el embarazo adolescente, el trabajo mancomunado de los diversos estamentos, es clave para la educación sexual y acompañamiento de este proceso.
“Desde el HCUA, estamos impulsando diversas estrategias orientadas a la prevención y al acompañamiento en casos detectados. Entre ellos destacan, talleres de educación sexual integral en coordinación con colegios y liceos de la comuna. Derivación oportuna a equipos de salud mental, trabajo social y protección de derechos cuando corresponde”, mencionó la profesional del HCUA.
Otra de las medidas que se implementan en el recinto de salud universitario, son los espacios de atención con enfoque confidencial y seguro para adolescentes y preadolescentes.
“Nuestro rol como profesionales de la salud, va más allá del parto o el control prenatal. Debemos estar alerta, educar, contener y derivar cuando se detecta una situación que pone en riesgo a una niña o adolescente. Cada embarazo adolescente, es un llamado de alerta para toda la sociedad”, subrayó Karina Díaz.