Marta Álvarez, exfuncionaria de la Inspección Comunal del Trabajo de Ancud, fue destituida en junio de 2025 tras un sumario administrativo que la acusó de vender contenido erótico en plataformas digitales. Ella sostiene que la medida fue desproporcionada y estuvo marcada por acoso laboral, burlas por su vestimenta y discriminación de género.
Marta Álvarez: del sumario administrativo a la desvinculación
Hasta hace dos meses, Marta Álvarez trabajaba en la Inspección Comunal del Trabajo de Ancud. Sin embargo, un sumario administrativo iniciado en noviembre de 2024 terminó con su destitución en junio de 2025.
El proceso se abrió tras denuncias por la venta de contenido erótico en la plataforma Arsmate y en su cuenta personal de Instagram, lo que —según ella— comenzó como una forma de generar ingresos tras una compleja separación y deudas, además del cuidado de su hijo diagnosticado con TEA.
Durante la investigación fue suspendida de sus funciones entre enero y julio de 2025, percibiendo solo el 50% de su sueldo. Si bien la sanción determinada inicialmente fue de tres meses de suspensión, finalmente se resolvió su despido definitivo.
¿Es ilegal que un funcionario público venda contenido erótico?
El sumario citó obligaciones del Estatuto Administrativo (Ley 18.834) y de la Ley 18.575 (Bases de la Administración del Estado), que exigen a los funcionarios probidad y una conducta acorde a la dignidad del cargo.
En la práctica, no existe una prohibición expresa sobre la venta de contenido erótico en dichas leyes. Sin embargo, la actividad puede ser sancionada si se considera que afecta la “imagen institucional” o la “dignidad funcionaria”.
“Yo puedo asumir una sanción, pero no hechos de la envergadura de una destitución, y menos considerando el historial de discriminación y acoso hacia mi persona”, señaló Álvarez.
Relatos de acoso laboral y discriminación
La exfuncionaria asegura que el hostigamiento comenzó en 2018, cuando llegó trasladada desde la Región Metropolitana, señaló Radio Biobio. Ese mismo año sufrió la pérdida de un embarazo, situación que, según relató, fue minimizada y cuestionada por su jefatura.
Con el tiempo, se sumaron burlas sobre su apariencia y forma de vestir:
-
La llamaban “muñeca rusa” por usar gorros y guantes en invierno.
-
En convivencias laborales, su jefe la bautizó como “Luli chilota” y le pedía insistentemente que bailara en tono lascivo.
“El sumario no era por cómo me visto, pero eso dio pie a que juzgaran mi aspecto y mi vida privada”, afirmó.
Respuesta de autoridades
El director regional del Trabajo, Claudio Salas, indicó que los sumarios administrativos tienen carácter reservado, por lo que no puede referirse al detalle del caso mientras siga en curso.
En paralelo, el Servicio Nacional de la Mujer y Equidad de Género (SernamEG) explicó que no posee facultades legales para intervenir, aunque ofreció a la afectada orientación y apoyo psicosocial.
Álvarez presentó un recurso de reposición para revertir su despido, argumentando que la medida fue desproporcionada y vulneró sus derechos como funcionaria.