Queridos hermanos y hermanas de la Comuna de Taltal, reciban un abrazo fraterno en esta Navidad 2025. Les hablo desde el corazón de nuestra comunidad taltalina, la Parroquia San Francisco Javier, junto a nuestro Párroco, el Padre David Barril López.
Este año, nuestra Navidad tiene un brillo distinto. No solo celebramos el nacimiento del Niño Dios, sino que lo hacemos abrazando el Jubileo de la Esperanza. En un mundo que a veces parece gris, la Iglesia nos invita a ser, como decía el Papa Francisco, Peregrinos de la Esperanza.
Pero ¿qué significa tener esperanza aquí, en nuestra Comuna, en nuestras familias, en nuestros trabajos? A veces miramos nuestras faltas, nuestras pobrezas o nuestros errores y bajamos la cabeza. Por eso, es bueno recordar las palabras eternas de San León Magno, quien en una noche como esta nos sacudió diciendo:
"Reconoce, oh cristiano, tu dignidad y, ya que ahora participas de la misma naturaleza divina, no vuelvas a tu antigua bajeza con una vida corrompida”.
¡Qué mensaje tan potente! La Navidad nos devuelve la dignidad. Dios se hizo uno de nosotros, se hizo uno con la humanidad, se hace uno en nosotros y se hace presente en nuestro esfuerzo diario, para decirnos que nuestra vida vale la pena, que no somos esclavos del pesimismo, sino hijos e hijas amados.
Como nos recuerdan nuestros obispos en Chile: la esperanza no es quedarse sentados esperando que las cosas cambien mágicamente. La esperanza es Jesús naciendo entre nosotros. Es la capacidad de mirarnos a los ojos y reconstruir la confianza.
En este Año Jubilar, les invitamos a que la mesa navideña sea un lugar de perdón, un lugar de reconciliación, un lugar de amor. Si hay una silla vacía que duele, llénala con la certeza de la Vida Eterna. Si hay rencor con un hermano o una hermana, que el Niño Jesús sea el puente para la paz. Que en Taltal nadie se sienta excluido de la fiesta de Dios que es la Navidad.
La luz que brilla en el pesebre ilumine cada rincón de nuestro puerto y de nuestro desierto. Que ilumine a nuestros hogares y fuentes laborales, que ilumine a nuestros estudiantes y a nuestros abuelos.
Seamos, queridos vecinos, custodios de la esperanza. No dejemos que nadie nos robe la alegría de sabernos salvados por el Señor y acompañados por nuestra Madre Bendita, la Virgen María.
A nombre de la Parroquia San Francisco Javier, con sus Grupos, Movimientos, Bailes Religiosos, Capillas y de toda nuestra comunidad eclesial, les deseamos una Navidad llena de ternura y un Año Jubilar bendecido… ¡Feliz Navidad y mucha Esperanza para todos y todas!