A las 20 horas en punto y con 40 puntos de rating en su peak, se desarrolló el último debate presidencial televisivo previo a las elecciones del próximo domingo 21 de noviembre.
Algunos expertos ya se aventuran en señalar que el gran perdedor fue el republicano, José Antonio Kast, quien se vio acorralado e incomodo, sobre todo ante las preguntas relacionadas con su programa económico, temas de familia y en materia de medio ambiente, donde desconoció lo escrito en su propio programa sobre la creación de nuevas termoeléctricas a carbón.
Su contrincante, Sebastián Sichel ganó en posturas, teniendo una participación cautelosa y más bien, apuntando a la carta del Partido Republicano, en los puntos donde se mostró débil.
En la otra vereda, Yasna Provoste se vio acorralada en materia de medio ambiente, al ser consultada por su voto a favor de la termoeléctrica Guacolda. Explicó que en ese momento no tenía la información de los daños en salud por la contaminación en la zona.
Gabriel Boric, también mantuvo su nivel, sin resaltar mayormente según los analistas, estando su participación marcada por la denuncia de acoso de hace algunos días y también el orden público, donde aseguró que de ser presidente velará por mantenerlo.
Respecto a Eduardo Artés, mantuvo su postura de izquierda radical, mostrándose a favor de las manifestaciones, incluso diciendo que él lideraría las protestas de ser electo presidente.
Según analistas, el gran ganador y la sorpresa fue Marco Enríquez Ominami, si bien cayó en la interpelación a las otras cartas a la Moneda, lo hizo explicando siempre su programa de Gobierno, mostrándose calmado, en su cuarto intento por llegar a la Moneda.