Un reciente caso de robo de cables eléctricos ha afectado gravemente a la localidad de Baquedano, dejando a sus habitantes sin suministro eléctrico desde las primeras horas de la madrugada. El hurto, que ocurrió alrededor de las 2:00 a.m., implicó la sustracción de más de 4.200 metros de cable de cobre, lo que ha llevado a la Compañía General de Electricidad (CGE) a desplegar a su personal técnico para la reparación de la red vandalizada.
Este fenómeno delictivo ha ido en aumento en la Región de Antofagasta, con incidencias recientes como el robo en Cerro Los Morros, donde se destruyeron 15 postes para apoderarse de más de 6.000 metros de cable. Las comunidades no solo de Baquedano, sino también de Chiu Chiu, Taltal, Sierra Gorda y Lasana, padecen las consecuencias, que se traducen en interrupciones graves del servicio eléctrico, afectando la calidad de vida de miles de personas.
Según datos de CGE, en los primeros seis meses de 2024 se registraron 55 robos, sumando 26.385 metros de cable sustraído, lo que representa un aumento del 54% en comparación con el año anterior. Las regiones de Antofagasta, Coquimbo y Tarapacá son las más perjudicadas por esta problemática, directamente relacionada con el crimen organizado. Rodrigo Bottinelli, gerente zonal de CGE en Antofagasta, indicó que las bandas delictivas tienen un modus operandi bien definido y se mueven entre regiones, buscando ocasionar el mayor daño posible.
El impacto de estos delitos no se limita a la infraestructura, ya que el costo asociado al robo de cables y reparaciones ha alcanzado los 2.190 millones de pesos a nivel nacional hasta septiembre de este año. Durante el mismo período, se contabilizaron 451 episodios de robos, lo que equivale a la sustracción de más de 153.595 metros de cable, alrededor de 45 toneladas de cobre.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas efectivas para combatir este fenómeno y apoyen a las compañías eléctricas en su lucha contra el crimen organizado, promoviendo un entorno más seguro para las comunidades afectadas.