El 14 de febrero de 1879 marca un hito significativo en la historia de Chile y Bolivia, dado que se consumó la ocupación militar de Antofagasta. Este acontecimiento fue precedido por el incumplimiento por parte de Bolivia del tratado firmado en 1874, en el cual se acordó que dicho país no aumentaría durante veinticinco años los derechos de exportación sobre los minerales chilenos. La situación se tornó crítica ante la inminente subasta de las salitreras chilenas, lo que motivó la intervención militar chilena.
En respuesta, el gobierno chileno envió a Antofagasta el blindado "Cochrane" y la fragata "O'Higgins", bajo el mando del Coronel Emilio Sotomayor Baeza, con la misión de tomar posesión del puerto y los puntos estratégicos antes de que se llevaran a cabo los remates. La ocupación se realizó de manera pacífica; el Coronel Sotomayor envió un emisario a las autoridades locales para informar sobre la situación, quienes, reconociendo su desventaja militar y la imposibilidad de resistencia, procedieron a emitir una protesta formal.
Interesantemente, la llegada de las tropas chilenas fue recibida con aplausos por la población, predominantemente chilena, lo que subraya el apoyo local a dicha intervención. Una vez establecidos en la ciudad, las fuerzas chilenas ejecutaron diversas actividades logísticas, como la construcción de instalaciones para el alojamiento de tropas y la ocupación de Mejillones.
El diplomático Nicanor Zenteno fue designado como gobernador, y se implementaron estructuras administrativas que permitieron que la ciudad continuara funcionando normalmente. Asimismo, se organizaron batallones cívicos compuestos principalmente por chilenos residentes en la zona, lo que evidenció la cercanía de estas comunidades con el interés chileno en la región.
El desenlace de estos eventos precipitó una crisis en las relaciones bilaterales con Bolivia, que culminó el 5 de abril de 1879 con la declaración de guerra de Chile a Bolivia y Perú, dando inicio al conflicto bélico conocido como la Guerra del Pacífico. Este conflicto, que tendría profundas consecuencias geopolíticas en la región, fue en gran medida el resultado de la ocupación de Antofagasta y la lucha por el control de los ricos recursos minerales.