A más de un año y medio del trágico accidente que terminó con la vida del expresidente Sebastián Piñera, la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) entregó su informe final, determinando que la causa fue una “pérdida inadvertida de referencias visuales” provocada por el empañamiento interno del parabrisas del helicóptero que pilotaba el exmandatario.
El documento, identificado como Informe N° 2047-24, señala que el fenómeno —conocido como flash fogging— ocurrió durante el ascenso inicial del helicóptero Robinson R44 II, cuando el contraste de temperatura y humedad generó condensación que bloqueó completamente la visibilidad externa. Ante ello, Piñera intentó mantenerse cerca de la orilla del Lago Ranco para orientarse, sin lograr recuperar el control visual.
Según la investigación, el entorno visual se degradó hasta el punto en que el helicóptero descendió inadvertidamente y terminó impactando la superficie del lago, provocando su hundimiento. Mientras los tres acompañantes —Magdalena Piñera, Ignacio Guerrero y Bautista Guerrero— lograron escapar, el expresidente murió por asfixia por inmersión al no poder abandonar la aeronave a tiempo.
La DGAC descartó fallas mecánicas o meteorológicas, confirmando que el helicóptero se encontraba en óptimas condiciones técnicas y que Piñera contaba con licencia vigente, exámenes médicos aprobados y más de 560 horas de vuelo en el mismo modelo. Como recomendación, la entidad pidió reforzar la instrucción a pilotos privados sobre el uso adecuado de sistemas de ventilación y calefacción de cabina para evitar condensación en vuelo.