La Fiesta de La Tirana no solo es la celebración religiosa más importante del norte chileno, también es una mezcla única de historia, fe y cultura que cada año reúne a miles de devotos, bailarines y turistas en pleno desierto de Tarapacá, entre el 10 y el 16 de julio.
Lo que muchos no saben es que su origen se basa en una antigua leyenda del siglo XVI. Según la tradición, una princesa inca llamada Ñusta Huillac, hija de un sacerdote del sol, lideraba la resistencia indígena contra los conquistadores españoles. Su firmeza le valió el apodo de “La Tirana”, por su dureza ante los invasores.
Pero su destino cambió cuando capturó a un joven portugués cristiano, Diego de Almagro II. Se enamoraron, y él le habló del cristianismo. Ñusta decidió convertirse, pero su propio pueblo la consideró una traidora y la ejecutó. Antes de morir, pidió que pusieran una cruz en el lugar de su martirio.
Con los años, ese sitio se transformó en un pequeño santuario que dio origen al poblado de La Tirana. Con el tiempo, la devoción giró en torno a la Virgen del Carmen, también conocida como la "Carmelita", quien hoy es la figura central de esta fiesta de fe y tradición.
La Tirana es hoy una de las expresiones más potentes del patrimonio espiritual y cultural de Chile. Declarada Patrimonio Cultural de la Nación, la fiesta mezcla danzas andinas, promesas, música de bronce, trajes llenos de color y una profunda devoción que une generaciones.